miércoles, 14 de noviembre de 2012

Literatura: Mujeres (Charles Bukowski 1979)


· Cuando me corría sentía que era en la cara de todo lo decente, blanca esperma resbalando por las cabezas y almas de mis padres muertos. Si hubiera nacido mujer seguro que hubiera sido una prostituta. Como había nacido hombre anhelaba constantemente mujeres, cuanto más guarra mejor. Y sin embargo las mujeres, las buenas mujeres, me daban miedo porque a veces querían tu alma, y lo poco que quedaba de la mía, quería conservarlo para mí. Básicamente deseaba prostitutas, porque eran duras, sin esperanzas, y no pedían nada personal. Nada se perdía cuando ellas se iban. Pero al mismo tiempo soñaba con una mujer buena y cariñosa, a pesar de lo que me pudiera costar. De cualquier manera estaba perdido. Un hombre fuerte pasaría de ambos tipos. Yo no era fuerte. Así que continuaba regando con las mujeres, con la idea de las mujeres.

· Entonces desistí de intentar complacerla y simplemente la jodí, poseyéndola viciosamente. Era como un asesinato.

· Es por culpa de mi niñez, sabes. Nunca supe lo que era el amor...

· Mientras los hombres veían el fútbol o bebían cerveza o jugaban a los bolos, ellas, las mujeres, pensaban en nosotros, concentrándose, estudiando, decidiendo, sia aceptarnos, descartarnos, cambiarnos, matarnos o simplemente abandarnos. A final no importaba, hicieran lo que hicieran, acabábamos locos y solos.

· A mí siempre me han puesto cachondo las resacas, no para besar ni chupar, sino para echar un polvo sin contemplaciones

· Una vez que una mujer te da la espalda, olvídala: te aman y de repente algo se da la vuelta. Te pueden ver muriéndote en una cuneta, atropellado por un coche y pasarán a tu lado escupiéndote

· Ese es el problema con la bebida, pensé, mientras me servía un trago. Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo